El alcoholismo, ¿qué hay detrás de esta enfermedad?

El alcoholismo es una enfermedad crónica, que causa en quienes la padecen una fuerte e incontrolable ansiedad por consumir bebidas alcohólicas. Los que la sufren no tienen control sobre sus límites y estos se van deshaciendo a medida que desarrolla tolerancia a esta droga.

El consumo continuo genera una dependencia física, esto deriva en la presencia de síntomas de abstinencia cuando el alcohólico no puede satisfacer su necesidad.

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A pesar de cualquier evidencia que se le presente, una persona que sufre de esta dependencia no suele admitirlo. La búsqueda por ayuda para tratarlo, a nivel físico y psicológico, suele darse luego de que aparecen otras dolencias y el paciente se ve obligado a tratarse con un profesional.

Pero, ¿cuáles son los factores que llevan al alcoholismo?

La verdad es que no existen causas que sean responsables por sí mismas de esta enfermedad y suelen ser más bien un cúmulo de situaciones o emociones las que llevan a una persona a la dependencia del alcohol para mitigarlas (o sentir que así lo hace).

El primer factor es la aceptación social que tiene el consumo de las bebidas alcohólicas; especialmente en la juventud este hecho desemboca en presión social que puede llevar a consumirlo de manera desmedida. Por otra parte, contar con un familiar cercano que comparta este gusto, más si es uno de los padres, puede influir a futuro en una dependencia.

Los problemas para relacionarse interpersonalmente y el fracaso en relaciones íntimas pueden contribuir también a buscar alivio en esta droga.

Existen, además, elementos de carácter psicológico que pueden llevar al alcoholismo. En algunos casos, por ejemplo, una persona que sufre de ansiedad puede buscar calmarla a través de la ingesta de bebidas alcohólicas.

Por otra parte, la baja autoestima o la depresión suelen ser de los problemas más asociados a la caída dentro de la espiral alcohólica pues el consumo de las bebidas produce -aunque momentáneamente- una sensación de bienestar general; la dependencia surge cuando el paciente cree que este es el único medio para sentirse mejor.

Estudios han demostrado, además, que el gen Alcohol Deshidrogenasa 1B podría tener una vinculación directa con la moderación en el consumo de alcohol y la dependencia que se produce.

Si conoces a alguien que sufre este padecimiento, lo más recomendable es buscar ayuda a través de distintos medios: médica, a través de un psicólogo, y con asociaciones como Alcohólicos Anónimos para el apoyo requerido durante el proceso de desintoxicación.